Como ayuda Jin Shin Jyutsu
En una pequeña serie de artículos quiero compartir con vosotros algunos ejemplos de los muchos que he visto a lo largo de mi práctica profesional
En este artículo quiero resaltar algunas de las “peculiares maneras” que la armonización de nuestro Patrón de circulación energético tiene para transformarse en un beneficio para nuestra vida
Caso 1
Empezaré justo al día siguiente tras realizar mi primer seminario de Autoayuda de Jin Shin Jyutsu. En Noviembre de 2002.
Eran las 8 de la mañana ese frío lunes . Aún de noche, me dirijo a mi consulta en el Centro de Salud, al fondo de la sala de espera a la que aún no le han encendido las luces, pues las consultas no empiezan hasta las 9:30. Voy a ponerme la bata para ir al laboratorio donde haré las extracciones de sangre como cada mañana.
Mientras dejo el abrigo en la percha, tocan a mi puerta y se asoman María y Manuel, su marido, empapados, preguntando si puedo atenderles.
Lo inmediato que me sale es decirles que hasta las 9:30 tienen que ir a Urgencias, que todavía está abierto, que yo tengo que ir al laboratorio y mis compañeras estarán esperándome.
María es una anciana de 78, con ceguera por una retinopatía diabética, pero me mira con sus ojos que parecen ver más de lo que la ciencia les “permite” y me dice:
“No don Juanjo, yo vengo a que me vea usted”, y me enseña su mano. Trae el dedo pulgar de la mano izquierda envuelto en un trapo de la cocina.
María y Manuel viven en un barrio muy humilde del pueblo en el que trabajo, en un 4º piso sin ascensor y con unas escaleras que clama al cielo que haya sido autorizada su construcción.
Intento decirles que solo voy a echarle un vistazo con la intención de mandarles para urgencias, pero al destapar el dedo veo como el pulpejo, la yema del dedo, se abre como un libro. María tiene un corte que casi le ha separado totalmente el pulpejo del dedo; pero lo peor no es eso, por el aspecto de la herida comprendo que no es una herida reciente.
“María, ¿Cuándo te has cortado? Esta herida no es de ahora” le pregunto viendo aún más negro el panorama. Con esta diabetes que tiene y una herida de más de ... “El viernes preparando la cena” me dice.
... hoy es lunes. ¡Han pasado más de 48 horas y el dedo lo trae envuelto en un trapo de cocina ... de “dudosa” esterilidad!
“Tienen que verte en el hospital, tienes que ir a cirugía...”
Se me han encendido todas las alarmas. Colapso del circuito.
Mi cabeza ya no puede procesar racionalmente lo que está ocurriendo Son las 8:15, mis compañeras me montarán la bronca por llegar tarde a laboratorio, esta mujer tenía que haber pasado por Urgencias y desde allí la tenían que haber puesto una ambulancia para ir al Hospital. Ese dedo cortado que solo le une un filo de piel por un lado y una diabetes que ya se ha ensañado con sus ojos ancianos y humildes.
“Don Juanjo, yo he venido a verle a usted porque se que usted me va a curar” me dice con su mirada penetrante, con una firme confianza y también con ese tono de ruego de No, por favor, no me mande al hospital.
En la escena caótica brota una nueva luz. Vienen a mi cabeza las palabras de la doctora que impartió el Seminario de Jin Shin Jyutsu durante este recién terminado fin de semana que aún está circulando por todos mis tejidos.
“Si ponemos la mano Derecha sobre la herida y la mano Izquierda sobre la mano derecha, la herida se cerrará”, y además nos contó que esto hace que la Energía se concentre en esa zona, ayuda a cicatrizar, pero también a Vitalizar ese tejido, a llenarlo de vida; en una palabra, a Sanarlo.
Ahora miro con otros ojos la escena, siento que el corazón se me ha acelerado, la emoción, expresión de entusiasmo, le hace palpitar con alegría.
El dedo está limpio, no hay signos de infección y el lecho presenta un tejido con buen color. Solo se lo voy a lavar con Suero Fisiológico y le pondré una venda limpia para quitar el trapo que trae.
“Manuel, le digo, tienes que poner tu mano derecha de este modo y tu mano izquierda así, sobre el dedo de María, y así estarás tanto tiempo como puedas cada día, Espero veros el miércoles, a ver que tal vamos”
“Ya lo sabía yo, don Juanjo, que usted me lo iba a curar” me dice María como reforzando su firmeza, tal vez porque siente la duda que se debate en mi interior. Mi mente racional entra en acción: “Esto no es así, desde tu formación académica, científica esto es una locura” pero por primera vez soy consciente de que me estoy dejando llevar por una renovada Intuición. Les doy toda clase de explicaciones sobre posibles signos de complicación y donde deben ir y como actuar, pero se en el fondo de mi ser que el miércoles voy a ver algo grande. Y así fue. Por la mañana, esta vez con cita, de nuevo en mi consulta. Es una mañana soleada, muy luminosa. Tras retirar la venda que envuelve el dedo de María, veo con gran satisfacción que todo el tejido está unido, y solo el reborde de lo que fue la herida, por donde le entró la hoja del cuchillo queda un poco levantado.
“Manuel, muy bien, esto está estupendo. ¿Has estado poniendo las manos como te dije?”
“Todo el día don Juanjo, no ves que no tenía otra cosa que hacer, los viejos tenemos mucho tiempo al día sin hacer nada”.
"Yo confío mucho en usted", me dice de nuevo María.
Les cito para que vuelvan el viernes. Siento una confirmación, la confirmación que yo necesito, para “creer en lo que recientemente he aprendido”. Mi mente racional, de formación científica necesita de estas pruebas para “creer”, y María y Manuel me han hecho este regalo.
Llegado el viernes y vuelven a consulta. Retiro la venda para descubrir el dedo de María
¡Cerrado! Está totalmente cerrado, no se nota ni siquiera la línea por donde se cortó. Todo el tejido se ha unido y el dedo tiene un aspecto saludable, con buen color y buena vitalidad.
Gracias María por enseñarme a confiar en ... ¿EN MÍ?, EN LA INTUICION, en este nuevo concepto que es para mí la ENERGÍA DE VIDA, algo que fluye por nuestro cuerpo como la sangre lo hace por arterias y venas, siguiendo sus caminos, ARMONIZANDO y vitalizando células, tejidos, órganos y la totalidad de nuestro Ser.
Un nuevo paradigma se me abre para continuar mi búsqueda y para responder preguntas que se me formularon hace muchos, muchos años al comienzo de mi ejercicio profesional.
Juan José Juanas (Juanjo) es enfermero especialista en obstericia (comadrona)
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